lunes, 21 de marzo de 2011

Jaime

Aquí solo veo ese niño de nuevo. Debe de estar siguiendome a todas partes. Pero yo no le he hecho nada para que me mire con esos ojos de culpabilidad. ¿Qué habré hecho para ser perseguido incesantemente por ese fantasma del pasado? Un camión pasa por encima mía aplastando mi cráneo y esparciendo mis recuerdos mas íntimos por la acera, donde todo el mundo puede verlos. Me siento desnudo. Al descubierto quedan mis mas terribles y oscuros secretos, mis fetiches tan orgullosamente custodiados por mi gran sentido de la privacidad. Pero ¿De qué sirve que un alma vagabunda como la mia tenga una simple ilusión? Solo merezco acabar como mis congéneres. Debo ir al agujero y lanzarme sin mirar abajo. Solo durante la caída hallaré la respuesta a la pregunta que tan estúpidamente he intentado responder desde el día de mi concepción. Este mundo se viene abajo y todos, tanto amigos como enemigos, caeremos como hermanos de vuelta al útero del universo, donde nuestra suerte se decidirá tras una silenciosa explosión que apagará nuestros sentidos para siempre.


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