Al fin y al cabo, tienen pelo, al igual que nosotros. Ambos tenemos extremidades sobre las que sostenernos, ojos y orejas para saber lo que ocurre a nuestro alrededor, boca para alimentarnos, nariz para oler. Estamos hechos del mismo material, que es la carne, y como tal, padecemos sus heridas y sus necesidades. A efectos prácticos, somos iguales. Y yo sigo sin poder entender la diferencia que hay entre gatos y humanos.
Y conste que digo gatos por decir, porque esto es aplicable a todas las especies en mayor o menor medida.
domingo, 16 de mayo de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario